El Secreto, Atracción, dar Gracias… NO FUNCIONA
¿Tomadura de pelo, o hago algo mal?
Hace 32 años, en círculos esotéricos, te enseñaban que para conseguir lo que deseabas necesitabas entrar en relajación profunda (estadio meditativo) y visualizarlo YA HECHO, sin pasos previos. Envuelto en luz dorada, eso sí. Lo ponías en práctica, unas veces funcionaba, otras no. Algo es algo.
Años después, como psicólogo y psicoterapeuta (aún no era analista Junguiano), lo transmití a algunos pacientes; servía para centrar objetivos escapando del control obsesivo (“los pasos previos”). A nivel terapéutico fue bien, a nivel de conseguir lo deseado fue igual que antes: unas veces sí, otras no.
Y hace pocos años ha aparecido la “revolución” en todo esto: la publicación del libro El Secreto (y la película reportaje). Viene a decir lo que ya se había dicho, apoyado, eso sí, por argumentos filosóficos, psicológicos y, lo más interesante, de la física cuántica. CON UNA NOVEDAD: no sólo hay que visualizarlo hecho, sino acompañado de la emoción adecuada (lo cual es muy difícil cuando se está sufriendo), y al acabar DAR LAS GRACIAS (al Universo, a la Vida, a Dios… a quien quieras, pero dar las gracias). Qué simple, mire usted.
Centenares, miles de personas se han puesto a ello. Algunas han obtenido resultados milagrosos, otras han conseguido lo deseado, y centenares (o miles) IGUAL QUE ANTES: no ha funcionado.
Han aparecido autores que han querido “hacer su Agosto” gracias al éxito de El Secreto, escribiendo cosas como “Para Entender El Secreto”, “La ley de Atracción”, “Cómo funciona la Ley de Atracción”… o sea, que si no nos toman el pelo es que somos un poco cortitos en captarlo, y por eso hemos de leer un montón de libros… para acabar como al principio: a veces funciona, a veces no. O lo que es peor: a mi vecino le funciona, a mí no.
Y me da rabia. O me deprimo. Y al psicólogo, ni pisarlo. ¿Para qué? Toda la energía, todo el poder, lo enviamos afuera, y nada adentro. No somos responsables de nada. Si no obtengo lo que deseo, es que tengo mala suerte. Si nos va mal, es culpa de los demás. Y mira que TODAS estas prácticas, digámosles espirituales, siempre te impulsan a que te mires a ti mismo. Pero ni caso.
Vamos ahora a fijarnos en los más inteligentes (la mayoría mujeres, lo lamento por mis compañeros hombres, pero debo ser fiel a la realidad actual), aquellas personas que, además de sus prácticas meditativas que les ayudan en su evolución personal, al ver que no son suficientes, han acudido al psicólogo; eso sí, un profesional especial, no sólo con mente abierta (debería exigirse por ley que el psicólogo fuera así), sino que conozca algo de todo esto. O bien aquellas personas que ya están en terapia profunda, cuyo objetivo es conocerse y entenderse a sí mismas para así reorientar su vida y desarrollarse íntegramente, ellas mismas o bien el psicólogo han introducido la práctica meditativa para atraer lo positivo a tu vida, y conseguir lo que deseas.
¿Qué pasa con ellos? Si se trata de aplicar “el secreto”, el problema suele aparecer no en visualizarlo hecho, sino en acompañarlo de la EMOCIÓN adecuada. Como dije antes, es muy difícil en personas que sufren. Para eso está la psicoterapia, caramba, para entender cómo ha surgido el problema y qué te hace estar apegado a esa (o esas) emoción / idea / concepción negativa.
Vale. Ya lo hemos resuelto (a veces en unos meses, otras se necesita bastante tiempo, depende de los años que llevábamos atrapados). O la persona ya venía a consulta con el tema resuelto. ¿Y entonces? “Lo visualizo en mis manos, lo siento conmigo, en mí, perfecto. Y doy las Gracias. Y sigue sin funcionar”. Y si no es el secreto: “Doy las Gracias al empezar el día y al acostarme”, o “doy las Gracias siempre que me acuerdo, durante el día” (el Universo estará felicísimo), o “me enraízo con Gaia y el Cosmos correctamente, hago la visualización…” o “me enraízo etc, visualizo a los 4 guías, etc, etc”… “realizo las peticiones según el Ho’ Oponopono”… Y NO HAY MANERA.
¿Qué está sucediendo? ¡Oh, sorpresa!, que ya lo decía el Kibalión: “Como arriba es abajo”. Que lo meditativo / espiritual está en absoluta conexión con lo psicológico / personal. Que no hay mundo externo sin mundo interno. ¿No estamos conectados con el Universo? Entonces, ¿por qué nos empeñamos en eliminar lo psicológico, lo inconsciente? Sí, incluso combinando la psicoterapia “alternativa” (como sería el análisis Junguiano, por ejemplo) con la visualización, también tendemos a obviarlo. Me explico mejor: no funciona porque lo que hacemos… LO HACEMOS COMO TÉCNICA, como herramienta de CONTROL, no lo hacemos desde el corazón, desde la vivencia real.
Es exactamente lo mismo que repito a mis pacientes cuando vemos el problema oculto y la solución: “tenerlo claro con la cabeza es sólo el primer paso; cuando lo tengas claro con el corazón y con las tripas, es cuando se pondrá en marcha”. Y no todos lo comprenden. Seguimos tendiendo a que el intelecto prevalezca sobre todo, sin querer hacemos que nuestra cabeza lo controle todo… aunque conozcamos la solución de una situación, seguimos estancados en ella… hasta que por fin lo asimilamos con las tripas.
Volviendo al tema: dar las Gracias como estrategia para conseguir algo NO SIRVE PARA NADA. Para Nada. Sólo cuando salen del corazón, son sinceras, no son moneda de cambio para conseguir algo… ENTONCES es cuándo.
Por eso, haciendo las prácticas correctamente, habiendo resuelto el problema emocional, a unos les funciona siempre, a otros a veces, y a otros nunca. Y son muchos estos “otros”. Ya sé que resulta difícil comprenderlo con tu interior, ¡a mí también me costó!, y soy de la profesión. Espero con estas breves líneas haber arrojado un poco de luz en tu camino de búsqueda, o de evolución personal. Y si a pesar de lo dicho aún te cuesta, ponte en contacto con nosotros.
Juan Carlos Albaladejo y Esperanza Pérez
Psicólogos Clínicos – Analistas Junguianos